Ingredientes:
1 pierna de cordero de 1 1/2 kilo
1 vaso de vino blanco
1 limón
ajos
aceite y sal
Preparación:
Una vez limpia y golpeada se le hacen unos agujeros con la punta de un cuchillo por diferentes partes, introduciendo en cada uno de ellos un trozo de ajo; a continuación, se frota toda ella con ajo muy machacado y se deja en reposo durante una hora. Pasado este tiempo se limpia con un paño y se sazona de sal, se rocía con limón y se coloca en una fuente refractaria o besuguera; se vierte por encima de ella aceite hirviendo y se mete a horno fuerte, procurando que quede bien dorada; se le va dando vueltas para que dore por todos los lados. A media cocción se rocía con vino blanco; de vez en cuando se riega con el jugo que suelta y se le ponen unas gotas de limón. El tiempo de cocción depende de la calidad de la pierna; se notará que está cocida cuando al pincharla no ofrece resistencia y cuando se desprende la carne del hueso.
En ese punto se retira del horno y se sirve bien caliente.
Nota:
La pierna de cordero, para que resulte buena, no debe de ser de un animal recién muerto; por lo tanto, para mayor seguridad, se adquiere dos días antes y se conservará en lugar fresco, no en nevera. Para que resulte tierna y jugosa debe de estar bien cubierta de grasa, y ser corta y gruesa; las largas son más duras. Antes de asarla se golpea con un machete puesto de plano para romperle las fibras y ponerla más tierna. Para asarla se dejará perfectamente limpia de grasa y se le recortará el hueso saliente. El peso aproximado será de kilo y medio.