Este plato es famoso en todo Aragón; como se puede ver lleva muy pocos ingredientes. Pero los corderos de esta región no necesitan casi condimentos, por ser de los más excelentes en cuanto a finura y grato sabor de sus carnes.
La cantidad de cordero que se desea asar se coloca en una fuente de horno, a ser posible de barro, se rocía con agua y se mete a horno medio fuerte unos quince minutos; se vuelve a rociar en ese momento con más agua —una tacita aproximadamente—, se sazona con sal y pimienta y se pone más calor al horno para que se dore bien; si lo necesita se vuelve a rociar con agua.
Se sirve recién asado; se puede acompañar con patatas fritas, pimientos asados o cualquier ensalada del tiempo.