En esta receta puede no gustarle el coco, y puede poner doble cantidad de almendras.
Las patatas se cuecen sin sal; una vez cocidas se escurren, se secan en el horno, se pasan por el pasador y se mide un tazón.
Una vez preparada la masa hojaldre, se cubre con ella un molde redondo.
En una fuente se pone el puré frío, la ralladura de limón, el tazón de azúcar, la vainilla y seis yemas; se mezcla todo y se añade el coco y la almendra, removiéndolo de nuevo.
Se baten cuatro claras a punto de nieve —las dos que quedan se reservan para el adorno—; se les pone, al comenzar a batir, unas gotas de limón o de vinagre; cuando están bien consistentes se van agregando, poco a poco, al preparado, mezclándolas con la espátula.
Con este preparado se llena el molde, poniéndolo a cocer a horno moderado.
Cuando coja color, si aún no está cocido —se pincha con una aguja y tiene que salir limpia para estar en su punto— se cubre con un papel para evitar que se queme la superficie; se deja en el horno hasta que esté.
Ya cocido, se saca del horno, dejándolo enfriar dentro del molde; ya frío, se retira del molde, colocándolo en un plato; se calienta un poco el jerez con la cucharada de azúcar y se baña; se pincha, según se va bañando, por diversas partes para que quede bien jugoso.
Con las dos claras reservadas y dos cucharadas de azúcar se hace un merengue; cuando está en su punto se coloca en manga pastelera con boquilla y se adorna la tarta; se termina de completarla con las cerezas, a las cuales se les quita antes el azúcar poniéndolas en un poco de agua.
En caso de no gustar el coco se puede poner doble cantidad de almendra. Queda deliciosa de las dos formas.