La cocción a la plancha rebaja el contenido de grasas además de dorarlas exquisitamente.
Se salan las sardinas sin quitarles la cabeza ni las tripas; se ponen sobre una plancha caliente engrasada; cuando estén doradas por un lado se les da vuelta con una espátula para que se asen por el otro.
Es necesario tener en cuenta el punto de calor de la plancha y la cantidad de grasa, pues de lo contrario se pueden pegar al hierro y salir quemadas.
Este plato adquiere su delicioso sabor a la cocción de la merluza en el...
Esta receta consiste en saltear en aceite los riñones de ternera...