Se remoja el bacalao. Una vez desalado se escama con cuidado para no estropearle la piel y se reserva.
Después de peladas las patatas se cortan en rodajas y se fríen; se colocan en una cazuela refractaria y sobre ellas el bacalao con la piel hacia arriba.
En aceite suficiente se fríe la cebolla picada y media hoja de laurel; cuando ya está frita, se añade el tomate, la guindilla, un pimiento partido, el ajo y el perejil machacado en el mortero y desleído con un buen chorro de vino blanco; se sazona de sal y se vierte sobre el bacalao, dejándolo cocer suavemente hasta que esté tierno: unos veinte minutos.
En su punto, se retira del fuego y se adorna con huevos cocidos muy picados y tiras de pimiento. Se sirve en la misma cazuela.
En este plato de bacalao se pueden suprimir las patatas.
La pierna, asada, se coloca en una fuente, rodeándola con las patatitas y...
Estas tortillas se acostumbran servir en los pueblos costeños de la...